RECOPILACIÓN BIBLIOGRÁFICA Y DOCUMENTAL
El Torcal de Antequera, situado a unos 4 km al sur de la
ciudad de Antequera (Málaga), se caracteriza por presentar uno de los paisajes kársticos más impresionantes de
nuestro país. Está catalogado como Paraje Natural (Ley 2/1989, de 18 de julio),
aunque fue el primer territorio de Andalucía que logró un estatus de protección
al ser declarado Sitio Natural de Interés Nacional en el año 1929. Fue declarado más tarde Parque Natural por su
interés geológico, botánico y paisajístico, sobre una extensión de 1200 ha.
Desde el punto de vista geológico, es una de las sierras más
orientales del sistema Penibético. El Penibético, junto con el Subbético
Interno, corresponde, en términos paleogeográficos, al área más interna de las
Zonas Externas de las Cordilleras Béticas.
La mayor altitud de la zona coincide con el pico del Camorro
Alto, con unos 1.377 metros sobre el nivel del mar. Al norte del Torcal aflora
el Trías de Antequera, una amplia zona de materiales triásicos y formaciones postorogénicas,
que van desde el Mioceno hasta el Cuaternario. Al sur y este se disponen una
serie de unidades geológicas de carácter flischoide y al oeste localizamos la
Sierra de Cabras.
(Figura 1: Cartografía
geológica MAGNA de Torcal de Antequera, IBERGESA, 1982)
El nombre de Torcal viene de que gran parte de su imagen se
basa en las formas kársticas más comunes, las torcas o dolinas, que son
depresiones circulares de fondo plano en la roca, rellenadas por residuos de
caliza. Las dolinas son el resultado de la lenta acción de la lluvia, nieve y
viento sobre las calizas, que a lo largo de miles de años, han erosionado sus
formas hasta darles un modelado especial y único.
La formación del Torcal empezó hace decenas de millones de
años, en el seno del antíguo mar de Tethys .Aquí se fueron depositando
sedimentos carbonatados, como conchas, esqueletos duros, etc. sobre una
plataforma marina poco profunda. A lo largo de los años, las condiciones
ambientales fueron cambiando y se originaron variaciones en la sedimentación,
dando lugar a distintos estratos de sedimentos de diferente grosor, composición
y textura. Los dos continentes que limitaban el mar de Tethys se acercaron y
colisionaron. Las rocas sedimentarias se plegaron y se elevaron más de 1000
metros. Las fuerzas de compresión y de distensión provocaron
la fracturación de los estratos, lo que originó fallas y diaclasas.
(Figura 2: Esquema de la formación del Torcal de
Antequera)
Como podemos observar, se formó un ‘pliegue en champiñón’,
el cual presenta una zona central que constituye la parte superior del macizo y
que está formada por estratos que quedaron prácticamente horizontales y unas
zonas laterales, cuyos estratos resultan casi verticales. Por ello, el Torcal
tiene la apariencia de una meseta rodeada por abruptos relieves.
(Figura 3: Paisaje Torcal de Antequera)
La variedad de microclimas en el Torcal es la base de
asentamiento de distintas comunidades vegetales, desde bosques y matorrales
hasta las formaciones rupícolas, en las que viven especies adaptadas a
colonizar la roca. Además, el continuado uso humano de estos parajes durante
cientos de años ha condicionado la presencia de comunidades vegetales antropizados,
como es el caso de pastizales y los cardizales. En todos estos ambientes viven
casi 700 especies de plantas superiores, multitud de invertebrados, sobre todo
insectos y 116 especies de vertebrados.
El Torcal de Antequera ha merecido la calificación ZEPA
(Zona de Especial Protección para las aves) por la presencia de diversas
especies singulares, como el águila real, el halcón peregrino, el águila
perdicera, las collalbas negra y rubia o el búho real, entre otras y por
constituir un lugar de paso para las aves como es el caso del buitre leonado.
BIBLIOGRAFÍA:
-
Karst en
Andalucía. J. J. Durán y J. López Martínez (Eds.), pp. 153-164. Instituto
Tecnológico Geominero de España, 1998, Madrid.
-
Waste magazine, Paraje
Natural El Torcal/Málaga
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